6 pasos para la estrategia de internacionalización de una empresa. Un viaje desafiante y posible

¡Expandirse a nivel internacional! La frase suena como algo grande, algo casi inalcanzable para muchas empresas, especialmente para las pequeñas y medianas que apenas se están acostumbrando al mercado local. Pero la internacionalización no es tan imposible como parece. Con la estrategia adecuada, las empresas pueden saltar fronteras (tanto físicas como comerciales) y crecer mucho más allá de lo que habían imaginado.

En este artículo, vamos hablar de 6 pasos para la internacionalización de una empresa, analizándolos uno a uno, desde esos primeros temores sobre si el mercado está listo para tu producto, hasta cómo manejar un equipo global sin volverte loco en el proceso. ¡Vamos a por ello!

1. La investigación de mercado: primer paso para la internacionalización

Antes de lanzarte a lo loco a vender tus productos en otro continente, necesitas saber qué estás haciendo. Sí, lo sé, muchas veces nos dejamos llevar por esa sensación de “es hora de dar el siguiente paso”, pero lo que hay que hacer primero es investigar. Y no, no se trata de hacer una simple búsqueda en Google. La investigación de mercado es el corazón de cualquier expansión internacional exitosa.

Parece obvio, ¿verdad? Pero muchas empresas cometen el error de subestimar este paso. No solo tienes que estudiar a tus competidores, sino también entender a tu cliente potencial. ¿Qué necesidades tienen? ¿Cómo consumen? ¿Cuál es el contexto económico, social y cultural en el que se mueven?

A veces, lo que crees que va a funcionar en un mercado no se traduce bien en otro. El famoso “no todo lo que brilla es oro” tiene mucha más relevancia de lo que parece. Lo que en tu país podría ser un producto revolucionario, en el mercado extranjero podría ser completamente irrelevante. Y ojo, no es porque tu producto no sea bueno, sino porque simplemente no se ajusta a las particularidades de ese mercado.

Por ejemplo, ¿sabías que los consumidores asiáticos tienen una forma muy diferente de interactuar con el e-commerce? Las preferencias visuales, las expectativas en cuanto a tiempos de entrega y los métodos de pago son muy distintos a los de Occidente. ¡Esos pequeños detalles pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso!

2. Modelo de negocio en la internacionalización de una empresa

Aquí comienza la parte divertida… o más bien, la parte que genera sudores fríos. Elegir el modelo adecuado de entrada al mercado es un paso crucial para la internacionalización de tu empresa. Y no existe una respuesta mágica; depende de muchos factores: tu presupuesto, los riesgos que estás dispuesto a asumir y el nivel de control que quieras tener.

*Exportación:
Puede sonar aburrido, pero es una de las formas más directas y de menor riesgo para entrar en un mercado extranjero. Simplemente vendes tu producto desde tu país de origen a otro país. Claro, tendrás que lidiar con logística, aranceles y regulaciones, pero, en general, es una opción más sencilla si no quieres complicarte mucho.

*Franquicia:
Si tu modelo de negocio está listo para ser replicado en otras partes del mundo, las franquicias pueden ser una excelente opción. Este modelo te permite delegar gran parte de las operaciones a socios locales. Es una forma de crecimiento rápido sin asumir tanto riesgo financiero, aunque hay que estar preparado para asegurarse de que la calidad y el enfoque de la marca no se vean comprometidos.

*Alianzas y joint ventures:
Este es un camino mucho más comprometido, pero a veces es la opción más rentable. Formar una alianza o joint venture con una empresa local puede ofrecerte acceso a su red de contactos, su conocimiento del mercado y su infraestructura. Pero, claro, compartirás los beneficios (y las complicaciones) con ellos.

¿Tienes alguna de ellas pensada?

Si lo que buscas en establecer tu empresa en Andorra, entonces, necesitas leer este artículo que hemos publicado en este blog: 
¿Cómo crear una sociedad en Andorra?

3. Planificación financiera: un paso crucial para internacionalizar tu negocio

Aquí viene la parte que hace que muchos empresarios se queden con las manos vacías y el corazón a mil: la planificación financiera. Claro, todos tenemos sueños de conquistar el mundo, pero para hacerlo, hay que poner los números sobre la mesa. La expansión internacional tiene un costo. Y no, no estoy hablando solo de esos precios elevados por los que los bancos te miran raro cuando pides un crédito. Tienes que tener en cuenta el tipo de cambio en las inversiones iniciales, en los gastos operativos y, sobre todo, en lo que se necesitará para adaptarse a las condiciones fiscales de otro país.

Recuerda: no todo se trata de la gran inversión inicial, sino de tener una visión a largo plazo. Algunos mercados pueden necesitar más tiempo para generar beneficios, y será crucial mantener una estrategia financiera sólida durante los primeros meses o incluso años.

Si no estás preparado para manejar fluctuaciones en las divisas o para lidiar con costos adicionales como los impuestos internacionales, lo mejor es planificar bien cada paso. Ah, y no olvides la posibilidad de aprovechar incentivos fiscales o apoyos gubernamentales en ciertos países. A veces, puedes encontrar oportunidades que no imaginabas.

4. Adaptación al mercado local: personalización es la clave

Una vez que ya tienes claro por dónde empezar, llega el siguiente reto: la adaptación. Y no, no basta con traducir tu página web al idioma local y esperar que todo funcione. ¡Eso es solo el comienzo! Los consumidores internacionales son extremadamente sensibles a los productos y servicios que se ajustan a sus necesidades, su cultura y su contexto.

Piensa en «Coca-Cola»: la misma marca, pero en cada país adapta su producto, su marketing e incluso el sabor a los gustos locales. Por ejemplo, en Japón, Coca-Cola vende un té verde que no verías en otras partes del mundo. ¿Por qué? Porque el paladar japonés prefiere el sabor más suave del té verde. Eso es una buena adaptación.

No se trata de perder tu identidad de marca, pero sí de hacer pequeñas modificaciones que aseguren que tu oferta encaje con la demanda y las expectativas locales.

5. Estrategias de marketing en la internacionalización de una empresa

Ya sabes lo que vendes, sabes cómo entrar al mercado, y tienes la estructura financiera en su lugar. Pero, ¿cómo haces que la gente en ese mercado quiera comprar lo que ofreces? Aquí es donde la estrategia de marketing se convierte en tu mejor aliada.

Es importante tener en cuenta las diferencias culturales, los comportamientos de compra y las plataformas más utilizadas en cada país. Por ejemplo, el marketing digital, el SEO o la publicidad pagada en los buscadores, pueden resultar clave. El marketing de contenidos también es crucial. En algunos países, los consumidores valoran mucho más los testimonios y las recomendaciones de otros usuarios que las campañas publicitarias tradicionales. Y, no olvidemos, el marketing local siempre será mucho más efectivo cuando es realizado por alguien que realmente entiende las costumbres y el idioma.

6. Tener paciencia (y un poco de suerte)

Finalmente, aunque hayas hecho todo perfectamente, hay algo que nunca se puede predecir: el factor suerte. Sí, la internacionalización es un proceso lento y no siempre sale como se planeó. Las empresas deben estar preparadas para una curva de aprendizaje llena de altibajos. Algunos mercados pueden reaccionar más rápido, otros tomarán su tiempo. Y, lo que es más importante, debes tener paciencia.

La internacionalización no es un sprint, es una maratón.

Conclusión: ¿Vale la pena dar el salto?

La respuesta corta es: Sí, pero solo si estás listo para la montaña rusa que es el mundo globalizado. El camino está lleno de retos, pero también de grandes oportunidades. La internacionalización de una empresa no es para los que temen arriesgar, pero con la estrategia adecuada y la perseverancia, los beneficios son enormes.

Así que, si alguna vez has pensado en cruzar las fronteras, en expandir tu negocio más allá de lo local, ¡es hora de poner en marcha ese plan!